martes, 8 de diciembre de 2015

3 AÑOS DE SEQUIA. POBRES DIABLOS. JUEGO DE TRONOS Y MIS 38.


Acostumbrados a ganar, a ser un equipo aplastante, que durante muchos años impuso sus reglas y solo cedía de repente algún espacio protagónico, hoy llevan 3 años sin brindarnos lo que en el bicentenario nos prometieron como mejores tiempos venideros.

Si bien es cierto que en 2010 mostraron su músculo, es desde diciembre del 2012 que no han visto la suya, nos tienen en ascuas a unos, en signos de interrogación a otros, en puntos suspensivos a algunos, pero decepcionados a la gran mayoría.

Todo parecía estar listo para nuestra asunción como los nuevos grandes, como los campeones del siglo 21, sin embargo, lo único que ha habido durante estos 3 años, son solo angustias y decepciones.
Nuestro mejor hombre, se hacía cargo del timón, nos presentó a su equipo, plagado de una mezcla entre experiencia y juventud, apoyado por las mayorías y respaldado por casi todos, era bien visto, si bien es cierto que con pocos o nulos logros anteriores, su liderazgo como el super diablo, nos hizo pensar que José Saturnino Cardozo Otazu, el paraguayo que más gloria ha dado a nuestro equipo, le daría al Toluca mejores años que los de finales del siglo 20 y principios de éste.

Hoy, por cuarta ocasión desde la última final disputada hace 3 años, que por cierto perdimos con el incipiente equipo de los Xolos de Tijuana, nos topamos una vez más en las semifinales, con un equipo, los diablos, que definitivamente no sabe ganar, no sabe resolver, no sabe, en palabras de Mario Benedetti, de táctica y estrategia.

Sumando esas 4 semifinales a las 3 finales de liga perdidas, más la final de la concachampions, empatada y perdida con el cruz azul, más la reciente final de copa, que nos ganaron las chivas, podemos decir que los diablos de Cardozo nos han dado muchas más decepciones que satisfacciones; así, con todo y estadio remodelado, parece que los buenos tiempos de Cardozo, fueron y seguirán siendo, como jugador. Chale.



JUEGO DE TRONOS.

Mi rutina cotidiana, como la de muchos de ustedes, es realmente cansada, despertarte temprano, pasar un mínimo de 2 horas rumbo al trabajo, estar sentado una buena parte del día, comer rápido, salir de noche y recorrer otras dos horas de tráfico rumbo a casa, para, después de unas cuantas horas de sueño o de insomnio, volver a empezar.

Por eso, cada pequeña satisfacción que pueda generarme, me llena de entusiasmo y gusto, por ejemplo, caminar más de lo normal, tener tiempo de sobra en la mañana para salir a andar en bici, tener un chance en el break para acomodar las ideas y concluir estos textos, tomar una foto, comer algo nuevo, volverme crítico avanzado de trip advisor, pero por sobre todas las cosas, aprovechar una parte de las horas de viaje para ver Game of Thrones, que literalmente me está fundiendo el cerebro.

Cuando comencé a hacerme del hábito del ejercicio matutino, volví a ver “the west wing” en algo así como un año, así también vi “lie to me” en varios meses, pero ahora que paso un aproximado de 20 horas a la semana en el carro y habida cuenta que todo mi recorrido ha sido cubierto por las antenas y los cables del Ingeniero Slim y que el mismo señor de los teléfonos ha tenido a bien reconfigurar sus paquetes de datos, pues llevo un mes de ver esta zaga y ya voy muy avanzado.

Como lo he dicho, me encantaría leerla, pero el trajín del carro me lo impide, me hubiera gustado imaginarme a Nedd Stark, a Arya (mi personaje favorito), a Jon Snow, a Sansa, a Lord Tyrion (el más consentido de todos), y ponerlos en los rostros de actores conocidos, así ha sido siempre que leo antes algo de ver la versión del cine, por ejemplo, pensé que Robert Langdon podía ser Nicolas Cage o que Lisbet Salander quedaría bien caracterizada por Natalie Portman; sin embargo la realidad es que la serie me tiene atrapado en una suerte de obsesión por ver qué pasará con la pobre familia Stark, con el odioso Jofrey o con la carismática Lady Targaryen.

Se trata, como ya me lo habían anticipado de una excelente interpretación de la política, en donde juegan 3 factores principales: la información, la traición y la previsión, que se entrelazan, se cruzan, se auxilian o complementan y en algunos casos se limitan, son juegos de poder, ejercicios de sapiencia, de timing y de humanismo.

Me niego a creer que es solo literatura de ficción, realmente creo que George R.R. Martin quiso demostrar que entendía muy bien la política y lo logró.


38 AÑOS.

Este año 38 de mi existencia que concluye el próximo viernes, ha sido, en mi vida emancipada, el más difícil, lo bendigo y le agradezco a la vida y a Dios que me hayan permitido recorrerlo, espero que el que inicie, sea distinto, entiendo que seguiré cometiendo errores, pero eso sí, jamás los mismos.


Así pues, y otra vez haciendo uso de Benedetti, “Algunas cosas del pasado desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar.


lunes, 30 de noviembre de 2015

EL TODAS MÍAS. BASQUETBOL. ADVIENTO




Siempre me ha caído gordo, no hay nada más chocante que un “todasmías” con ínfulas de poderoso, que además se crea inteligente y capaz.

Acostumbrado a hacer su voluntad porque se ha ganado cierta fama y porque su "linaje" le precede, es el típico “quedabien”, el “sinamigos” que sin embargo siempre está rodeado de su grupito.

Metido en el fut, en el basquet, en el combate, en las trais, en los policías y ladrones, es el típico que también quería ser el jefe de grupo, el que pasaba a revisar el aseo, el maestro de ceremonias, el que iba a los concursos de todo y no dejaba ir a nadie más.

El todas mías, así le puso Israel, mi compañerito de banca y de batallas en el quinto año de la primaria Carlos Hank González, (siempre he tenido la suerte de juntarme con los pícaros y las picaras que tan atinadamente rebautizan generaciones completas), no era un tema menor, pues no nos dejaba jugar, y cuando podíamos jugar, no nos dejaba meter gol, hasta que un día, dejamos de jugar con él, y diría el viejo adagio maternal, "santo remedio".


BASQUETBOL.

El próximo jueves, una vez más, habrá básquet de la NBA en nuestro país, en la capital, se enfrentan Sacramento y Boston, se trata de todo un espectáculo, muy parecido a la política, porque no importa quien vaya ganando todo el partido, pues en cosa de los últimos segundos, todo puede cambiar, se trata de todo un show, en el que el deporte parece pasar a segundo plano, pero como hace unos días me decía uno de esos fans de Starwars, que se disfrazan y toda la cosa: eso jamás, pues lo sustantivo, siempre será el deporte y en el caso de mi amigo sinaloense, la película.

Comencé a jugar básquet a los 12 años, en segundo de secundaria, la Secundaria 5 anexa a la normal superior del edomex, organizaba torneos vespertinos, en los que el segundo 2, representado por un servilleta y entre otros compañeros, Edgar Lara (el sport Billy),  Juan Manuel Carbajal y César Porras, nos rifamos partidos realmente épicos, basta recordar el tiempo extra contra segundo 4 y esa pelota que preví sería un pase para interceptarlo y desde el fondo, pasar a Lara para que juntos nos cubriéramos de gloria.

Siempre quise ser de la selección de la escuela, que por cierto era muy competitiva, jugaban amigos muy altos y los entrenaba el maestro Paul, que decían había jugado semi-profesionalmente, sin embargo, nunca pasé los tryouts y me quedé siempre en la orilla, mi gusto era jugar con los otros vaguillos de la colonia los sábados muy temprano, fueron ellos quienes intercedieron por mi ante el maestro Paul, quien nunca dio su brazo a torcer y así, jamás representé a mi escuela, fuera de sus canchas.

Era un jugador muy disciplinado, obediente, que no se dejaba vencer, tenía la fortuna del buen tino y casi siempre que estaba en posibilidades, encestaba, era medianamente bueno, pero la mano tajante de un entrenador, me fueron alejando del juego; recuerdo que me tocó ver a una selección nacional sin grandes estrellas o jugadores de renombre, jugando los panamericanos del 91, eran jugadores entregados, con complexiones y constituciones físicas muy distintas, pero que dejaban el corazón en la cancha. Hoy me pregunto que habrá sido de Paul, de mis compañeros de equipo y de cancha y de aquella selección dirigida por el gran Arturo Guerrero.

Una vez más, un deporte que tanto se juega en México, que no distingue sexos, pues indistintamente lo juegan hombres y mujeres en nuestros pueblos y ciudades, del que hay instalados tableros en innumerables lugares, que parecía renacer, está una vez más en riesgo de quemar otra generación prometedora, por culpa de todo, menos del juego.


ADVIENTO.

4 domingos, 4 velas, cuatro virtudes, una corona y el inicio de la preparación espiritual de una festividad tan cristiana como pagana, tan religiosa como mercantil y tan dialéctica como la humanidad misma, la navidad.

Pasé el adviento en la catedral de San Juan de los Lagos, la virgen de los milagros de mis abuelos, de mi madre y ahora mía; la fe es en resumen tan poderosa como peligrosa, sin embargo, no hay nada más satisfactorio en cualquier momento que un acto de fe en medio de tanta incredulidad.

Las virtudes, tolerancia, respeto, humildad y amor, mis velas: mi país, mi trabajo, mis letras y mi familia y mi corona, la fe.


lunes, 23 de noviembre de 2015

EL ARTE DE LA GRATITUD; VALENTINA Y LOS JUEGOS DEL HAMBRE; CAMINOS DE LA GORDURA II.




Dar las gracias suele ser un acto personalísimo y revestido de un montón de cosas, de niño mi papá me mandó decir con mi mamá que no me compraría nada más si no comenzaba a darle las gracias, desde entonces procuro que la palabra, pero sobre todo el acto que acompaña o representa no sea nada menos que válido y necesario, es decir, no doy las gracias en vano, procuro como en todo, ser oportuno y no desvirtuar ni confundir la gratitud con algo que no lo sea, la gratitud es una virtud, es un verbo, es una manera de ser, en fin, gracias a la vida, como bien refirió la chilena Violeta Parra, ¡que me ha dado tanto!


VALE Y LOS JUEGOS DEL HAMBRE.

Valentina, mi querida inspiración del nuevo milenio, ha crecido conmigo y yo he crecido con ella, si bien obviamos la parte de los pañales y las mamilas, pues la conocí de 4 años, es una inagotable fuente de satisfacciones, preocupaciones y amor, es en toda la extensión del concepto, mi hija.

Hija del primer matrimonio de mi esposa Oliva, a quien por cierto en los hakunas la refiero como la esposa de chocolate, como un típico juego de palabras al más puro estilo del maestro Germán Dehesa (qepd); Vale es una niña sana, diplomática, equilibrada, templada y excepcionalmente selectiva para brindar cariño, si bien es deferente y atenta con todos, su amor está repartido entre muy contadas y afortunadas personas, me precio de ser uno de ellos, el nuestro es un cariño que creció paralelo al de su madre conmigo, pero que lo complementa, hoy somos una familia, cuestión que para nosotros es la cosa más normal del mundo pero que resulta complicado de entender para algunas personas, que claro, han sido bendecidas con otras familias, seguramente igual de bonitas, amorosas y comprensivas, pero diferentes.

Las familias de siempre (me choca usar el término “de hoy”) son el espacio en donde el individuo se fortalece, aprende a vivir y a convivir, alimenta su espíritu, desarrolla sus creencias y define su personalidad, para después salir al mundo a intentar ser aceptado tal y como es. Resulta difícil entender a quienes desde perspectivas medievales asumen complejos y prejuicios carentes de toda razón y desde luego de respeto y comprensión; por eso quienes me conocen, sabrán que en esta tarea que la vida me ha asignado como el “Pá” de mi Vale, haré hasta lo imposible por defender su individualidad, por creer siempre en ella y porque pueda entender sin mayor problema la diferencia entre lo bueno y lo malo y sus respectivas consecuencias.

En esos avatares, Valentina se ha convertido en una extravagante comedora de Nutella y palomitas de maíz, en amante del cine y de pueblear, en aficionada del Toluca, en amante universal de los niños y de los viejitos, en viajera experta, en oradora, declamadora y asidua a los musicales, a Oceransky y a Sabina, pero sobre todo en defensora inmutable de la personalidad de cada quien, como en todos los casos, también ha adquirido ciertas manías, que me obligan a corregirlas y a mejorar para darle un buen ejemplo; ¡Ay Diosito no está fácil!

Ayer vimos los juegos del hambre 3 parte 2, Katniss Everdeen es la ídolo de la chamaca y la verdad es una excelente manera de que siendo una niña entendida, vaya conociendo de política y de condición humana, que es de lo que se trata Los Juegos del Hambre, seres tan humanos que parecen tan exagerados, roles tan simples que parecen tan elaborados o todo lo contrario, seres tan exagerados que parecen tan humanos y roles tan elaborados que parecen tan simples, todo se transmite en vivo, los medios o el medio de comunicación masiva, juega el papel de herramienta de control, todo es propaganda, nada lejano de la realidad que vivimos.

La personalidad abrumada de la protagonista, que tiene que esperar al final para poder hacer lo que ella cree mejor, lo que es su convicción, podría ser el caso estresado de cualquier milennial, lo otro que llama fuertemente mi atención es lo avasallador que resulta la presencia de ella sobre todos los demás, nos hace pensar que estos nuevos amos del universo querrán ser todos protagonistas, que sea para bien.


LOS CAMINOS DE LA GORDURA II

En mi incesante lucha por no ser un gordo cualquiera, me convertí en un gordo deportista, jugué futbol, basquetbol, tenis, frontenis, nadé, todo lo hice mejor que muchos otros amigos con diferentes complexiones, nunca me acomplejó tener que usar el uniforma más grande o escuchar los gritos buleros de los estudiantes de la prepa Isidro Fabela, al final siempre había un gol que los acallara.

He logrado adelgazar muchas veces en mi vida, pero todas las ocasiones he subido de peso nuevamente, no soy más o menos infeliz si estoy gordo o flaco, probablemente me estreso y preocupo menos por todo cuando no estoy tan pesado, pero siendo sinceros, la gordura siempre genera autolimitaciones y complejos, y quien diga que no, miente, precisamente por complejo, claro que me siento mejor cuando peso menos, cuando voy adelgazando, cuando me queda la ropa, cuando todos me dicen lo bien que me veo, pero para cuando el proceso es a la inversa, también lo son estos conceptos.

Finalmente no se trata de un convencionalismo social, no es que no podamos ser modelos de televisión o cualquier otra cosa, vivimos en una sociedad en la que se puede ser gordo y exitoso, probablemente muy estereotipado pero exitoso, mi lucha no es por ser aceptado al exterior, sino al interior, por entender que comer no debe ser una batalla que gana el cerebro o la parte hedonista de éste, por entender que podemos darnos un antojo de vez en cuando y no dejar de dárnoslo de vez en cuando; mi batalla es por la salud, por movernos sin complicaciones, por respirar normalmente, por dormir sin riesgo a apneas prolongadas.

Siempre fui gordo, me hice muy gordo cuando YO pude cumplir todos mis antojos, cuando no tenía límites, cuando no me permitía quedarme con las ganas de lo que fuera; pero también me hice muy flaco cuando YO me pude cumplir el lujo de tratamientos costosos, en resumen y definitiva, YO y solo yo me hice gordo y flaco y gordo y flaco y así sucesivamente; la batalla la libro conmigo y me voy a ganar. ¿A quién le van?



martes, 17 de noviembre de 2015

ESTRELLAS DE LAS REDES; LOS CAMINOS DE LA GORDURA I; PARIS Y TRONOS


Tengo la fortuna de que muchos de ustedes, mis queridos lectores, me conozcan y los conozca, esta vez, la estadística de éste blog indica que ha sido leído en México, Estados Unidos, Australia, Chile y Alemania, hasta allá, mi gratitud sincera. Vivimos definitivamente en otra época, cuando comencé a escribir el Hakuna Matata en la revista Certeza que dirigió mi querido hermano Manolín, sabía que esos 3000 ejemplares podían o no ser leídos ese número de veces, al menos ese era mi ideal, hoy gracias a la maravillosa Internet sé cuántas personas, en qué lugares y hasta a qué hora me leen, así he identificado que los títulos de los hakunas son muy importantes para alcanzar un buen número de lectores pero que además es importante el momento del día en que lo publico, el contenido, que es lo que siempre resulta más complicado tiene que ver con mi ánimo y con el ánimo popular, hablar de lo que todos hablan no es sencillo, por el contrario requiere de mucha honestidad, de autoconocimiento y de valor, para que en mis palabras y en mis opiniones se reflejen y se contrasten las de ustedes.

Esta nueva manera de utilizar a las tecnologías de la información para comunicarnos, para difundir nuestras vidas como si fuéramos todos estrellas de rock o celebridades, ventilando nuestras vidas privadas y nuestras opiniones para que quien lo decida tenga a la mano esa información, debe ser utilizada sin miedo, pero con mucha cautela y responsabilidad, no hay nada que se pueda borrar cuando ha sido publicado en la Internet, podemos eliminarlo de nuestros perfiles, corregirlo, incluso solicitar a las redes donde se ha publicado que sea suprimido y con suerte lograr que desaparezca, pero siempre existirá la posibilidad de que siga ahí, en la memoria virtual de alguien, de quien sea.


GORDO

¿Cómo decir que la vida me ha hecho gordo? ¿A quién atribuirle o incluso culpar por mi gordura? ¿En qué momento asimilé esta enfermedad y cómo he convivido con ella tanto tiempo?

No nací gordo, casi nadie lo hace, de hecho fui un bebé muy pequeño, pesé apenas 2.5 kilos y medí 46 centímetros, todavía tengo algunas fotos de mis primeros años y no era particularmente regordete, ya por cuarto de primaria comenzó a definirse mi talla, me empezó a quedar la ropa de mi papá y para el sexto año de primaria era talla 32, excuso decir que para la graduación de la secundaria tuvimos que improvisar con el closet de mi padre, lo mismo ocurrió cuando comencé a usar trajes y camisas de corbata para las fiestas, nada me quedaba, ni me asentaba con comodidad.

A los 16 años, cuando la gordura ya era parte de mi vida y era conocido por ser de los gorditos de la generación de la prepa, mi mamá comenzó a llevarnos con toda clase de tratantes de este mal, desde nutriólogos hasta chocheros, comenzó mi largo peregrinar por las dietas, que no solo suprimían de mi alimentación lo que regularmente era su base, sino que imponían restricciones que provocaban ansiedad, desolación y angustia; no era sino hasta ver los avances o los resultados que me empezaban a dar ganas de seguir, claro, buscando siempre darme una pequeña retribución por los logros obtenidos, que no era más que los pasos obligados a la vida sana.

Pero, detengámonos un momento en cuarto de primaria, me refiero a los 8 y 9 años de edad, ¿Que comía, en qué cantidades, cada cuánto?, mi familia, ya para ese entonces conformada por papá, mamá y 3 hijos, era una familia normal, mi madre era quién se dedicaba a la atención de los hijos, a nuestra educación y alimentación, mi papá comía con nosotros de vez en cuando, sin que hubiera una rutina para ello, excepto que cuando venía papá a la casa, tomábamos coca-cola, lo que era poco menos que el paraíso; el día comenzaba con el forzado vaso de leche con nescafé o chocolate, azucarado y frio de preferencia, la mitad de una torta, la otra mitad era de Manolin, de camino a la escuela, recorrido que hasta la universidad hice caminando por cierto, a las 12 del día era el lunch en la primaria Carlos Hank González, que hasta cuarto año, me comía casi todos los días, me daba tiempo para hacerlo y poder jugar cualquier cosa, policías y ladrones, combate, las trais o fútbol, actividad para la que era medio maleta y por tanto pronto decidí dedicarle todo el tiempo del recreo, dejando a un lado el lunch, que era una torta de jamón, salchicha o de guisado y un vaso con agua de sabor.

A partir de ese año, cambiamos de casa y de rumbo, pero no de escuela, caminábamos más, además a partir de ese año, comenzamos a tomar religiosamente refresco en bolsa a la salida; la comida en la casa siempre fue muy sabrosa, basta y variada, mi mamá es una excelente cocinera, todo le queda sabroso y todo tiene su toque, ella ama con la comida,  no regala nada más que pasteles, galletas o tu platillo favorito; comíamos delicioso, sopa, guisado y de vez en cuando postre.

Por esos años, comenzamos a ir a clases de natación, lo que implicaba que comiéramos llegando de la escuela, un par de huevos tibios y que la comida fuerte la hiciéramos regresando a casa después de las clases vespertinas, lo que cambiaba un poco el menú, sándwiches de 3 pisos, tortas de jamón con queso amarillo fundido y, como siempre, desde más niños, comíamos muy seguido palomitas de maíz hechas en una ollita que todos cooperamos para comprar y que a la fecha sigue siendo mi olla palomera preferida.

La cena eran quesadillas con queso “Sanpanchero” como le dice mi mamá, es un queso fresco con poco suero que derrite muy bien y que desde ese entonces, sus parientes le traen desde San Francisco del Rincón en Guanajuato, la tierra de mi abuelo.

No era particularmente antojado ni consumidor en exceso de golosinas o comida chatarra, amaba las hamburguesas y malteadas de vips, aunque me comía la que fuera a la primer oportunidad, incluso en el desayuno, lo que ocurría con suerte una vez cada 3 meses.

Como podrán darse cuenta, no era un tragón desmedido ni un niño antojado, de más pequeño fui más bien melindroso, no comía nada, lo que provocaba enojos y regaños, creo que de haberlo sabido, no se hubieran enojado tanto.

En fin, hablar de gordura y sus consecuencias no es cosa fácil ni corta, por lo que les propongo continuar la próxima semana.



PARIS.

Negado a conocerlo por el miedo irracional a los aviones, ya no conoceré el Paris que conocieron todos los que me han platicado de él, será uno distinto, maltratado, ofendido, temeroso, orgulloso; tengo claro que los franceses y los norteamericanos son distintos, lo son los parisinos y los neoyorquinos, lo son también los madrileños, supongo que no hay muchas maneras de reaccionar ante el terror, solo espero que la razón y el amor, superen esté duro y crucial momento, que es un escalón más, uno muy grande que nos hace suspirar y pensar con gran desolación ¿Qué sigue?



GAME OF THRONES.

Estoy literalmente atrapado en la serie, el poco tiempo que tengo libre entre el trabajo y la familia, se lo dedico a pedazos de esta serie, ya olvídense de leer, me es imposible si quiero ponerme al día pronto.

Solo una cosa tengo que auto reclamarme, debí haber leído el primer tomo antes de hacer caso a una elocuente recomendación para un regalo de esos en donde se quiere quedar bien, tuve que haber sabido que el protagonista más entrañable e icónico es Tyrion Lannister, en fin, mecae que en ese entonces no sabía de qué se trataba, aunque al final no es tan malo, pues el tremendo "halfman" es un excelente estratega, solo espero, ahora que voy en el capítulo 3 de la segunda temporada, no seguir regando el tepache (gulp).


Es política pura, la quiero, me gusta, está muy bien hecha, no tengo nada que reclamarle, solo espero algún día tener la oportunidad de leer la saga completa.











lunes, 9 de noviembre de 2015

Mota, espías y pre-giras.


Así es mis queridos lectores, el hakuna está de vuelta. En
verdad me abruma la cantidad de gente que me preguntaba por este espacio o que
cuando charlamos hace referencia a tal o cual comentario surgido de un hakuna,
esos apapachos han sido el alimento del alma de un servidor que ha pasado por
tormentas menos amenazantes que Patricia pero que han dejado más damnificados.


Nunca he tenido miedo a escribir sobre mis propias anécdotas,
es la fórmula de este blog, una manera sencilla de explicar lo que no parece
tan sencillo, así, lo complementamos con alguna analogía política, una buena
dosis de cultura pop y sarcasmo y ¡pum! hakuna. (Diría un meme de Javi Noble)


Primero: si, fui víctima de un helicopterazo, pero hoy soy
por fortuna beneficiario de las contadas buenas decisiones y acciones que puedo
reconocer en mi vida, no sin algunas feas, horribles turbulencias, me siento
manos amigas tendidas en los momentos difíciles. Ellos, los grandes hacedores
agradecido con Dios, con la vida, con mi familia querida y preocupada y con las
de mi nueva realidad, tendrán mi gratitud y lealtad por siempre.


Por otro lado, los canijos, los que me hicieron ver mi suerte,
me ayudaron a entender que el peligro más grande en esta vida, es el miedo, el
arma más hiriente es la intriga y el pecado más despreciable, la envidia; Dios
los bendiga.


Nada está escrito, cada día nos corresponde llenar las
páginas vacías que amanecen con nosotros, es nuestra actitud el color de la
tinta, nuestra suerte la puntuación, nuestras acciones los verbos y nuestra fe
el sentido de la trama.



Esta semana he querido volver junto con uno de mis grandes ídolos, James Bond, que en “Spectre”, con la fascinación de ver a la ciudad de México en un festival de muertos que jamás ha pasado ni pasará, me ha dejado gratamente conmovido, primero porque fue la primera vez que Valentina, la nutella girl, fue al cine a ver a James Bond, después porque seguramente es la última película que protagoniza Daniel Craig como el mítico agente secreto y finalmente porque de la mano, regresaron las ganas de escribir.



El otro tema, la mariguana, la mota, que no la Mota (de ella
algún día haré una enciclopedia de hakunas), vivió la semana pasada su pico
mediático más alto, incluso más que el de 2009, al respecto se ha dicho y dirán
muchas cosas, debemos respetar todos los puntos de vista, los de aquellos que
no son consumidores o adictos, pero que han vivido los horrores de la codependencia,
las autoridades, los científicos, los médicos, en todas las ramas involucradas,
los abogados y por supuesto los usuarios.


No creo que la mexicana sea una sociedad encaminada a ser una
comunidad mariguana, más bien somos tequileros, eso nos distingue -si de
distintivos mata hormonas hablamos- somos fiesteros, cantamos, nos
envalentonamos para declarar nuestro amor, usamos el tequila como lubricante
social, no nos veo a los mexicanos bajo los efectos de la cannabis, que
aletarga, que inhibe, no veo una buena pachanga o una reunión de amigos,
aderezada con el famoso enervante; pero como dicen, para todo y para todos hay,
el plano personal es tan respetable como el de quienes decidimos matarnos poco a
poco dándole diario su dosis de nicotina a los pulmones o sobrecargar al hígado
con tragos coquetos hasta quedarse dormidos en la terraza de cualquier
hotel de lujo.


PREGIRAS
A mi gusto por el trabajo, se anexó hace varios años el de ser organizador de eventos, participar en la logística, la preparación, la operación y conducción, es una de las cosas que más me gusta de mi trabajo, he visto con admiración a mi papá o a amigos como Rubén Acevedo (qepd), Jaime Barrera, Elizabeth Vilchis, Myrna García, Jesús Castañeda y Luis Martínez, cuidando cada detalle; en lo personal he participado organizando desde la fiesta de cumpleaños de mi esposa de chocolate, hasta un evento para 90 mil personas en Ixtapaluca, cada vez, con mucho gusto y vocación.

Antes de cada evento, invariablemente se hace al menos una pre-gira, que es la reunión de muchas personas que están involucradas en la realización del evento, como en todas las cosas, es todo un folclor, no pueden faltar los bandos, los representantes de todas las áreas involucradas, moviéndose en grupo de un lado a otro, afinando detalles, negociando; es de llamar la atención la pre-gira que hicieron los chavos del Papa Francisco, idénticas, igualitas a las que hacemos en México, solo espero que el parecido en los formatos se deba solo a lo acuciosos que somos todos para hacer nuestro trabajo.

PD. En busca de la #HamburguesaPerfecta he recuperado kilos que no pienso perder sino hasta el próximo año, aun así me reitero como su seguro consejero alimenticio y entrenador personal.