martes, 8 de diciembre de 2015

3 AÑOS DE SEQUIA. POBRES DIABLOS. JUEGO DE TRONOS Y MIS 38.


Acostumbrados a ganar, a ser un equipo aplastante, que durante muchos años impuso sus reglas y solo cedía de repente algún espacio protagónico, hoy llevan 3 años sin brindarnos lo que en el bicentenario nos prometieron como mejores tiempos venideros.

Si bien es cierto que en 2010 mostraron su músculo, es desde diciembre del 2012 que no han visto la suya, nos tienen en ascuas a unos, en signos de interrogación a otros, en puntos suspensivos a algunos, pero decepcionados a la gran mayoría.

Todo parecía estar listo para nuestra asunción como los nuevos grandes, como los campeones del siglo 21, sin embargo, lo único que ha habido durante estos 3 años, son solo angustias y decepciones.
Nuestro mejor hombre, se hacía cargo del timón, nos presentó a su equipo, plagado de una mezcla entre experiencia y juventud, apoyado por las mayorías y respaldado por casi todos, era bien visto, si bien es cierto que con pocos o nulos logros anteriores, su liderazgo como el super diablo, nos hizo pensar que José Saturnino Cardozo Otazu, el paraguayo que más gloria ha dado a nuestro equipo, le daría al Toluca mejores años que los de finales del siglo 20 y principios de éste.

Hoy, por cuarta ocasión desde la última final disputada hace 3 años, que por cierto perdimos con el incipiente equipo de los Xolos de Tijuana, nos topamos una vez más en las semifinales, con un equipo, los diablos, que definitivamente no sabe ganar, no sabe resolver, no sabe, en palabras de Mario Benedetti, de táctica y estrategia.

Sumando esas 4 semifinales a las 3 finales de liga perdidas, más la final de la concachampions, empatada y perdida con el cruz azul, más la reciente final de copa, que nos ganaron las chivas, podemos decir que los diablos de Cardozo nos han dado muchas más decepciones que satisfacciones; así, con todo y estadio remodelado, parece que los buenos tiempos de Cardozo, fueron y seguirán siendo, como jugador. Chale.



JUEGO DE TRONOS.

Mi rutina cotidiana, como la de muchos de ustedes, es realmente cansada, despertarte temprano, pasar un mínimo de 2 horas rumbo al trabajo, estar sentado una buena parte del día, comer rápido, salir de noche y recorrer otras dos horas de tráfico rumbo a casa, para, después de unas cuantas horas de sueño o de insomnio, volver a empezar.

Por eso, cada pequeña satisfacción que pueda generarme, me llena de entusiasmo y gusto, por ejemplo, caminar más de lo normal, tener tiempo de sobra en la mañana para salir a andar en bici, tener un chance en el break para acomodar las ideas y concluir estos textos, tomar una foto, comer algo nuevo, volverme crítico avanzado de trip advisor, pero por sobre todas las cosas, aprovechar una parte de las horas de viaje para ver Game of Thrones, que literalmente me está fundiendo el cerebro.

Cuando comencé a hacerme del hábito del ejercicio matutino, volví a ver “the west wing” en algo así como un año, así también vi “lie to me” en varios meses, pero ahora que paso un aproximado de 20 horas a la semana en el carro y habida cuenta que todo mi recorrido ha sido cubierto por las antenas y los cables del Ingeniero Slim y que el mismo señor de los teléfonos ha tenido a bien reconfigurar sus paquetes de datos, pues llevo un mes de ver esta zaga y ya voy muy avanzado.

Como lo he dicho, me encantaría leerla, pero el trajín del carro me lo impide, me hubiera gustado imaginarme a Nedd Stark, a Arya (mi personaje favorito), a Jon Snow, a Sansa, a Lord Tyrion (el más consentido de todos), y ponerlos en los rostros de actores conocidos, así ha sido siempre que leo antes algo de ver la versión del cine, por ejemplo, pensé que Robert Langdon podía ser Nicolas Cage o que Lisbet Salander quedaría bien caracterizada por Natalie Portman; sin embargo la realidad es que la serie me tiene atrapado en una suerte de obsesión por ver qué pasará con la pobre familia Stark, con el odioso Jofrey o con la carismática Lady Targaryen.

Se trata, como ya me lo habían anticipado de una excelente interpretación de la política, en donde juegan 3 factores principales: la información, la traición y la previsión, que se entrelazan, se cruzan, se auxilian o complementan y en algunos casos se limitan, son juegos de poder, ejercicios de sapiencia, de timing y de humanismo.

Me niego a creer que es solo literatura de ficción, realmente creo que George R.R. Martin quiso demostrar que entendía muy bien la política y lo logró.


38 AÑOS.

Este año 38 de mi existencia que concluye el próximo viernes, ha sido, en mi vida emancipada, el más difícil, lo bendigo y le agradezco a la vida y a Dios que me hayan permitido recorrerlo, espero que el que inicie, sea distinto, entiendo que seguiré cometiendo errores, pero eso sí, jamás los mismos.


Así pues, y otra vez haciendo uso de Benedetti, “Algunas cosas del pasado desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar.